Desde 1999, el doctor Sólomon ha sido director de la Junta consultora del Consejo de Salud de la Junta internacional de la Comunidad de atención {Internacional Copuncil of Caring Community’s (ICCC’s) Health Council Advisory Borrad}, una organización no gubernamental (ONG) de las Naciones Unidas.
El doctor Sólomon es uno de los autores más leídos del New Cork Times y por dieciocho años fue columnista médico de la agencia de prensa del diario Los Angeles Times.
Sus muchas condecoraciones, distinciones y premios incluyen: Alpha Omega Alpha, premio escolástico Aaron Brown {Nacional Phi Delta Epsilon}, premio Schwentker por investigación sobresaliente del Hospital Johns Hopkins, premio de la Asociación de salud pública de Maryland. Miembro de la sociedad Rusk de médicos, profesores y amigos, conjuntamente con “RUSK WITHOUT WALLS”
Los trabajos publicados del doctor Sólomon incluyen más de cien artículos y libros.
Estimado Colega:
Al igual que muchos colegas, yo tuve un excelente entrenamiento en medicina tradicional, pero en las escuelas médicas tuve poco entrenamiento formal en medicina alternativa. Desde mis días como estudiante en la universidad Ohio State, a mis días en la Escuela médica de la Universidad Case-Westerm Reserve, y hasta en el servicio de entrenamiento comopasant en medicina interna y residente en el Servicio médico Osler del Hospital Johns Hopkins, estudié con dedicación y mantuve abierta mi mente, para después ayudar a mis pacientes. Durante mis más de treinta años de ejercicio profesional privado y como consultor en nutrición y salud global, he seguido esfozándome para ayudar a otros a entender sus trastornos de salud.
Hace pocos años pude darme cuenta que hay más para la salud y el bienestar que aquello que la medicina tradicional puede ofrecer por sí misma. Creo que hay una brecha entre la medicina convencional y la medicina alternativa. Es necesario que esta brecha se cierre. Ambos campos de la medicina son legítimos y substanciales. Ninguna de esos campos es perfecta pero ambos se esfuerzan por el mismo objetivo; darle una vida mejor quienes la busquen.
En los últimos seis años he investigado las propiedades curativas de una planta tropical, Morinda citrifolia, que es en gran parte desconocida para la mayoría de los americanos. Creo que la fruta de esta planta puede ser una contribución de mucho valor para como los médicos pueden lograr y mantener un estado mejorado de salud para sus pacientes. Esta fruta recibe el interesante nombre de Noni.
A pesar de que fui entrenado formalmente como médico en medicina convencional, finalmente valoré las avenidas de la medicina llamada “holística o alternativa”. Siempre he creído que la buena salud comienza con buena nutrición y ejercicio regular, y se construye sobre una fuerte base espiritual.
A pesar de mi mentalidad abierta hacia la medicina alternativa, cuando conocí el Noni mi actitud fue probablemente similar a la de muchos de ustedes. Yo estaba escéptico. Pero despertó mi interés. Decidí investigar. Comencé estudiando literatura médica para saber que sabía la ciencia acerca del Noni. De donde provenía, donde se cultivaba, cómo había sido usado históricamente, que estudios se habían realizado sobre su valor curativo y qué pensaban otros profesionales de la medicina sobre esta fruta.
Comencé a ponerme en contacto con todos los que conocían algo sobre Noni. Entre estas personas había médicos, enfermeras, científicos, nutricionistas y una cantidad de otros profesionales de la salud. La información que recopilé me estimuló a coleccionar tanta información como pudiera acerca de Noni. Lo que encontré transformó mi experiencia con el Noni en algo impresionante y gratificador.
Dado que tenemos antecedentes médicos similares, yo asumo que usted también se ha hecho preguntas similares. En este libro, pienso contestar ésta y otras preguntas que pueda usted tener concernientes al uso del Noni y en cuanto a qué, exactamente, es.
Tengo la esperanza de que los años que he pasado estudiando y aprendiendo sobre este suplemento alimenticio natural le ahorrará mucho del tiempo y esfuerzo que yo dediqué, pero le dejará con el mismo respeto y admiración por esta fruta que ahora tengo.
Con mis mejores deseos,
Neil Sólomon, médico, Ph.D.
El doctor Sólomon es uno de los autores más leídos del New Cork Times y por dieciocho años fue columnista médico de la agencia de prensa del diario Los Angeles Times.
Sus muchas condecoraciones, distinciones y premios incluyen: Alpha Omega Alpha, premio escolástico Aaron Brown {Nacional Phi Delta Epsilon}, premio Schwentker por investigación sobresaliente del Hospital Johns Hopkins, premio de la Asociación de salud pública de Maryland. Miembro de la sociedad Rusk de médicos, profesores y amigos, conjuntamente con “RUSK WITHOUT WALLS”
Los trabajos publicados del doctor Sólomon incluyen más de cien artículos y libros.
Estimado Colega:
Al igual que muchos colegas, yo tuve un excelente entrenamiento en medicina tradicional, pero en las escuelas médicas tuve poco entrenamiento formal en medicina alternativa. Desde mis días como estudiante en la universidad Ohio State, a mis días en la Escuela médica de la Universidad Case-Westerm Reserve, y hasta en el servicio de entrenamiento comopasant en medicina interna y residente en el Servicio médico Osler del Hospital Johns Hopkins, estudié con dedicación y mantuve abierta mi mente, para después ayudar a mis pacientes. Durante mis más de treinta años de ejercicio profesional privado y como consultor en nutrición y salud global, he seguido esfozándome para ayudar a otros a entender sus trastornos de salud.
Hace pocos años pude darme cuenta que hay más para la salud y el bienestar que aquello que la medicina tradicional puede ofrecer por sí misma. Creo que hay una brecha entre la medicina convencional y la medicina alternativa. Es necesario que esta brecha se cierre. Ambos campos de la medicina son legítimos y substanciales. Ninguna de esos campos es perfecta pero ambos se esfuerzan por el mismo objetivo; darle una vida mejor quienes la busquen.
En los últimos seis años he investigado las propiedades curativas de una planta tropical, Morinda citrifolia, que es en gran parte desconocida para la mayoría de los americanos. Creo que la fruta de esta planta puede ser una contribución de mucho valor para como los médicos pueden lograr y mantener un estado mejorado de salud para sus pacientes. Esta fruta recibe el interesante nombre de Noni.
A pesar de que fui entrenado formalmente como médico en medicina convencional, finalmente valoré las avenidas de la medicina llamada “holística o alternativa”. Siempre he creído que la buena salud comienza con buena nutrición y ejercicio regular, y se construye sobre una fuerte base espiritual.
A pesar de mi mentalidad abierta hacia la medicina alternativa, cuando conocí el Noni mi actitud fue probablemente similar a la de muchos de ustedes. Yo estaba escéptico. Pero despertó mi interés. Decidí investigar. Comencé estudiando literatura médica para saber que sabía la ciencia acerca del Noni. De donde provenía, donde se cultivaba, cómo había sido usado históricamente, que estudios se habían realizado sobre su valor curativo y qué pensaban otros profesionales de la medicina sobre esta fruta.
Comencé a ponerme en contacto con todos los que conocían algo sobre Noni. Entre estas personas había médicos, enfermeras, científicos, nutricionistas y una cantidad de otros profesionales de la salud. La información que recopilé me estimuló a coleccionar tanta información como pudiera acerca de Noni. Lo que encontré transformó mi experiencia con el Noni en algo impresionante y gratificador.
Dado que tenemos antecedentes médicos similares, yo asumo que usted también se ha hecho preguntas similares. En este libro, pienso contestar ésta y otras preguntas que pueda usted tener concernientes al uso del Noni y en cuanto a qué, exactamente, es.
Tengo la esperanza de que los años que he pasado estudiando y aprendiendo sobre este suplemento alimenticio natural le ahorrará mucho del tiempo y esfuerzo que yo dediqué, pero le dejará con el mismo respeto y admiración por esta fruta que ahora tengo.
Con mis mejores deseos,
Neil Sólomon, médico, Ph.D.
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